Allá por el horizonte, donde no se atreve a molestarnos nadie, en la colina o desde la orilla, mirando de lejos, viendo cómo atardece, donde se disipan nuestras dudas, los problemas… allá en donde nos asomamos cada vez que sentimos ese vértigo, para saltar y así aplastarlos, intentando hacer presión con los buenos momentos que tensan la cuerda de la felicidad…
Con risas recordadas, con caricias alocadas… buscando caminos, razones, poniendo arcoiris a un cielo desgastado…
Con risas recordadas, con caricias alocadas… buscando caminos, razones, poniendo arcoiris a un cielo desgastado…
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